La invitación está abierta al Banquete de Bodas del Cordero solo la acepta quien muere así mismo para vivir para Yehováh

La invitación está abierta al Banquete de Bodas del Cordero solo la acepta quien muere así mismo para vivir para Yehováh 

Yeshúa dice que es Dichoso el que come en el banquete del reino de Dios, da la enseñanza por medio de una parábola del hombre que daba un gran banquete y convidó a mucha gente y se excusaron por cosas terrenales que debían hacer, le dijo que trajera a los lisiados, a los ciegos y a los cojos, aún quedaba sitio e insistió en invitar a los que están por los caminos para que se llenara la casa y dijo que  los que se negaron a ir no probarían su banquete. Pablo dice que tenemos la mente de Cristo, su mismo sentir y voluntad para vivir en sacrificio y entregar nuestro cuerpo a ejemplo de Yeshúa que tomó la condición de esclavo sometiendose a la muerte y una muerte de cruz para dar gloria de Dios Padre. El Salmista honra a Yehováh y reconoce que el Señor es nuestra alabanza en la gran asamblea, dice cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: viva su corazón por siempre. Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe, en su presencia se postrarán las familias de los pueblos. 

Ezequiel 18, 32 A mí no me gusta la muerte de nadie palabra de Yehováh conviértanse y vivirán.

Yeshúa nos llama a reconocer que primero es el Reino de Yehováh y Su Justicia, teniendo la misma entrega Voluntaria Sacrificial de Yeshúa es el carácter que debemos imitar por tener su mismo espíritu, le obedecemos en amor obrando en el cuerpo entregando nuestra carne a la parrilla cada día ofreciendo nuestra propia vida. El amor es entrega voluntaria sacrificial en espíritu, alma y cuerpo como sus profetas sacerdotes y reyes, por ello, debemos buscar a Yehováh en la adoración de todo corazón para poner por obra su instrucción y servir en amor, nuestra alma debe ser transformada para tener un pensamiento espiritual que nos da vida por morir a nosotros mismos y cumplir los requisitos de obediencia y humildad para entrar al banquete de bodas del cordero. Quien tiene la mente espiritual de Yeshúa tiene sus mismas emociones y voluntad que nos lleva a morir para que otros vivan, dejando a un lado nuestras propias ocupaciones diarias para adorarle, obedecerle y servirle en amor a Yehováh porque primero es el Reino de Yehováh y su justicia y amar al prójimo como a nosotros mismos y todo lo demás viene por añadidura. ¿He muerto lo suficiente para vivir para Yehováh?

Romanos 14, 8 Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Tanto en la vida como en la muerte pertenecemos al Señor.

Porque solo hay Victoria en Yeshua Ha Mashíaj 🌻

Filipenses 2, Salmo 22, Lucas 14